Era tan bella la melodía que estabas representando... que me tuve que sentar en las escaleras... la prisa que yo tenía, se me olvidó al escucharte... me paralizaste el reloj de la vida... y por un momento, tan sólo por un momento durante el cual tú estabas rozando aquellas teclas... me hiciste dejar todo de lado... tan sólo estar en silencio escuchandote... a ti, a mi respiración... sin más.. apreciando aquel instante de libertad...
Los dias pasan en el edificio... y tú cada día tocabas mejor aquella melodía.. cada día las notas sonaban más perfectas... más acompasadas... más dulces... me estabas enamorando con aquella melodía... ojalá yo fuera la musa de tu inspiración para poder crear algo asi...
Pero una tarde en la que como todos los días me iba a sentar en las escaleras... descubrí sobre mi felpudo una pequeña nota... una nota en la cuál con letra movida, se podía leer "Ésta tarde la cita será a una hora distinta... una llamada a tu puerta te avisará de que TÚ melodía va a comenzar...", ¿qué me dabas a entender con esta nota?, fue una sorpresa enorme.... y esperé inquieta sentada en el salón, sin hacer ningún ruido... para poder escuchar perfectamente la llamada a mi puerta.
Así es como... al pasar una hora... hoy un toque en la puerta... deseosa de escuchar la melodía que parecía ser escrita para mi... corrí hacia la entrada.. y cual fue mi sorpresa al descubrir que, en el descansillo de nuestra escalera, estaba tu órgano preparado para que tú acariciases sus teclas, que el felpudo de mi puerta había un ramo de rosas con otra nota en la que me decía, "tras meses sabiendo que has estado escuchando cómo creaba esta melodía no podía dejar de decirte que es para tus oídos, para mi amor.... para ti, pues te quiero desde del primer dia en que me instalé en este edificio... pues el compartir estas tardes de inspiración a traves de la puerta.... ha hecho que tú seas mucho más que especial..." Y tras leer la nota... y que una lágrima resbalase por mi mejilla.. apareciste tu... y comenzaste a tocar aquella melodía... aunque ahora me parecía mucho más preciosa.... yo me senté en la escalera... como siempre lo había hecho.. para escucharte, y sentir ahora más que nunca... que te quiero.
Estábamos solos... como días atrás, tan sólo tu piano, tú y yo... y esa melodía que a ambos nos enamoró.
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